Foro de debate Orodeloro

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viernes, diciembre 30, 2005

Canto para el año nuevo

No se me ocurre nada mejor que pegar este texto. Y con él mandaros un abrazo. Marisa
BARÍTONO
¡Oh, amigos, no con esos acentos!
¡Entonemos cantos placenteros
y plenos de alegría!

ODA A LA ALEGRÍA - FEDERICO SCHILLER
BARÍTONO, CUARTETO, Y CORO
¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo, quien
haya conquistado algún amor
una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la faz de la Tierra.
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.

Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos y vides
y una amistad leal hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.

SOLISTA TENOR Y CORO
Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
marchad, hermanos,
por vuestro camino, alegremente,
como el héroe se acerca a la victoria.

CORO
¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.

¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¿Os prostráis, criaturas innumerables?
¿No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?
¡Búscalo sobre la bóveda estrellada!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.


¡Alegría, hija del Elíseo!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,
hija del Elíseo!
¡Alegría, hermosa chispa de los dioses!

jueves, diciembre 29, 2005

ROMANCE DE LA CATALINA

FELICES FIESTAS A TODAS, AQUÍ OS MANDO UN REGALITO DE LOS MONTES DE LEÓN PARA QUE OS ALEGREIS CANTANDO LA ENTRADA DEL NUEVO AÑO 2006. ES UNO DE LOS MUCHOS ROMANCES TRADICIONALES QUE HA RECUPERADO Y CANTADO JOAQUÍN DÍAZ. A MÍ ME GUSTA Y ESPERO QUE A VOSOTRAS TAMBIÉN, YA LO ESCUCHAREMOS JUNTOS. ALONSO

ROMANCE DE CATALINA

Estaba la Catalina
sentadita en su balcón.
Pasó por allí un soldado,
de buena o mala intención. .
Buenas tardes Catalina,
con Usted durmiera yo..
- Suba, suba el caballero,
dormirá una noche o dos..
«~ Y si su marido viene,
y nos piílla de traición?.
«Mi marido no está en casa;
que mi marido marchó.
Mi marido fue a cazar,
a los montes de León,
y ahora para que no vuelva,
le echaré la maldición.
Cuervos le saquen los ojos
y águilas el corazón.
Los perros de mi ganado,
le traigan en procesión..
Aún no había dicho esto,
y él a la puerta picó.
«Ábreme la puerta, luna;
ábreme la puerta, sol.
Que te traigo un conejito,
de los montes de León..
Bajaba por la escalera,
mudadita de color.
«Tú estás turbada del vino,
o tú tienes nuevo amor..
"Ni estoy turbada del vino,
ni yo tengo nuevo amor.
Que reñí con los criados,
con mucha de la razón,
que me perdieron las llaves.
del más alto corredor..
«Si las perdieron de plata,
de oro te las daré yo;
que tengo un hermano en Francia,
que las haría mejor.
¿De quién es aquel caballo,
que en mi cuadra relinchó?.
«Tuyo es, marido mío,
que mi padre te lo dio..
«Dios se lo pague a tu padre,
caballos tenia yo,
y cuando no los tenía,
el no me los daba, no.
¿De quién es aquella capa,
que en mi percha se colgó?.
«Tuya es, marido mío,
que mi padre te la dio..
«Dios se lo pague a tu padre,
que capas tenía yo,
y cuando no las tenía,
él no me las daba, no.
¿Y qué es lo que hace un momento,
en mi cama resonó?.
«Es mi hermano el pequeñín,
que conmigo se acostó,
y que ha venido a llamarte
pa las bodas del mayor..
«Mientes, mientes, Catalina,
de las bodas vengo yo..
«Mátame, marido mío;
la culpa la tengo yo..
«Matar, no te mataría;
matar, que te mate Dios.
Pero que tu padre tenga
noticia de tu traición..
La agarrara por la mano,
y a su casa la llevó.
«Tenga padre, esta su hija.
que la tuna me engañó.
Si la tié mal enseñada.
enséñela Usted mejor..

Para Elvira

Calles vacias, es el relato que escribí y leí el día que tu no viniste, ya me dices que te parece O.K. Un beso, sólo un beso para compensarte por el poema de Benedetti, gracias.Milagros

CALLES VACÍAS

Siento haber tardado tanto en hacer una contribución, pero así aprovecho para felicitaros las Fiestas y desearos para el 2006 unos 365 deseos de felicidad.








CALLES VACIAS - Milagros Jiménez


Llevo horas dando vueltas en la cama, ¡¡ una noche de insomnio es lo que me faltaba!!, enciendo la luz y caigo en la cuenta de que acabo de terminar el libro que estaba leyendo; no me atrae la idea de empezar otro a estas horas y con este humor; me levanto y al asomarme a la ventana siento una irresistible atracción, me visto y salgo a la calle pensando que no es mala idea pasear un rato.
Las calles están vacías y mudas, comienzo a sentir frío; instintivamente mis pasos se aceleran, el ruido de una moto me sobresalta, me adelanta por la izquierda y se pierde dos calles mas arriba; al oir un chirriar de ruedas y un golpe seco, me detengo, sólo el silencio invade la noche. Tomo la dirección del vehículo con paso decidido y al doblar la esquina unos metros de distancia me separan del conductor tirado en el suelo, me acerco para ver su estado y antes de que pueda comprobarlo, me encuentro rodeado de un grupo de personas que miran sin parpadear aquel cuerpo yacente. Me siento aturdida, no acabo de entender de dónde han salido, cómo han llegado hasta allí, qué esperan.
El señor con bigote se dirige a mí asegurando que está muerto y que de nada vale tocarle. Una señora de mediana edad comenta entusiasmada, cómo la juventud de ahora se ha pervertido tanto y cómo es perfectamente comprensible que finales así, tengan su fiel reflejo en las estadísticas semanales de sucesos. Una joven de pelo corto y mirada incierta interrumpe proponiendo que si no se comprueba su estado, es posible que muera. El señor bajito de gafas apunta que jamás había oído semejantes tonterías, que lo mas acertado es llamar al servicio de emergencias, porque para eso están. El joven que está a su lado pregunta si hay entre los presentes un médico, es muy peligroso moverle sin ser un experto. Una señora madura comenta entre dientes que ella jamás le haría el boca a boca a nadie que no fuera familia directa suya, ya se sabe, continúa, pueden contagiarte hepatitis, tuberculosis y hasta el SIDA.
Un tipo avispado propone que lo realmente interesante sería al menos saber su identidad y para eso habría que registrarle. No parece que sea un hombre, apunta el individuo de la gorra a cuadros, mas bien parece una mujer. La señora que está a su lado le apunta que las drogas merman considerablemente el estado físico de cualquier individuo, haciéndole parecer lo que no es y que de nada valdría opinar si se trataba de un hombre o una mujer habida cuenta de que éstas están totalmente obsesionadas por ser tan delgadas, que pierden la razón y la salud por esa causa.
Otras opiniones se fueron sumando; mi parálisis era absoluta, creo que me desvanecí, no entendía lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, sólo sentía que aquel desenlace estaba siendo manipulado por la gente que nos rodeaba, decidiendo con su actitud la vida o la muerte de una persona desconocida, ajenos a ella y cómplices de su destino.
Cuando los rostros se disiparon, pude acercarme, me agaché, destapé con cuidado la visera del casco y cual no fue mi sorpresa al contemplar que aquellos ojos que me miraban atrapados, eran los míos.

El oro que cag�el loro

El oro que cag�el loro

El oro que cag� el loro

Siento escribir tan tarde, pero aquí está mi contribución, no sin antes felicitaros las fiestas y el próximo año 2006, os deseo unos 365 deseos para seguir encontrando la felicidad en la vida. Va por ustedes señores/as lectores/as:










CALLES VACIAS - Milagros Jiménez


Llevo horas dando vueltas en la cama, ¡¡ una noche de insomnio es lo que me faltaba!!, enciendo la luz y caigo en la cuenta de que acabo de terminar el libro que estaba leyendo; no me atrae la idea de empezar otro a estas horas y con este humor; me levanto y al asomarme a la ventana siento una irresistible atracción, me visto y salgo a la calle pensando que no es mala idea pasear un rato.
Las calles están vacías y mudas, comienzo a sentir frío; instintivamente mis pasos se aceleran, el ruido de una moto me sobresalta, me adelanta por la izquierda y se pierde dos calles mas arriba; al oir un chirriar de ruedas y un golpe seco, me detengo, sólo el silencio invade la noche. Tomo la dirección del vehículo con paso decidido y al doblar la esquina unos metros de distancia me separan del conductor tirado en el suelo, me acerco para ver su estado y antes de que pueda comprobarlo, me encuentro rodeado de un grupo de personas que miran sin parpadear aquel cuerpo yacente. Me siento aturdida, no acabo de entender de dónde han salido, cómo han llegado hasta allí, qué esperan.
El señor con bigote se dirige a mí asegurando que está muerto y que de nada vale tocarle. Una señora de mediana edad comenta entusiasmada, cómo la juventud de ahora se ha pervertido tanto y cómo es perfectamente comprensible que finales así, tengan su fiel reflejo en las estadísticas semanales de sucesos. Una joven de pelo corto y mirada incierta interrumpe proponiendo que si no se comprueba su estado, es posible que muera. El señor bajito de gafas apunta que jamás había oído semejantes tonterías, que lo mas acertado es llamar al servicio de emergencias, porque para eso están. El joven que está a su lado pregunta si hay entre los presentes un médico, es muy peligroso moverle sin ser un experto. Una señora madura comenta entre dientes que ella jamás le haría el boca a boca a nadie que no fuera familia directa suya, ya se sabe, continúa, pueden contagiarte hepatitis, tuberculosis y hasta el SIDA.
Un tipo avispado propone que lo realmente interesante sería al menos saber su identidad y para eso habría que registrarle. No parece que sea un hombre, apunta el individuo de la gorra a cuadros, mas bien parece una mujer. La señora que está a su lado le apunta que las drogas merman considerablemente el estado físico de cualquier individuo, haciéndole parecer lo que no es y que de nada valdría opinar si se trataba de un hombre o una mujer habida cuenta de que éstas están totalmente obsesionadas por ser tan delgadas, que pierden la razón y la salud por esa causa.
Otras opiniones se fueron sumando; mi parálisis era absoluta, creo que me desvanecí, no entendía lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, sólo sentía que aquel desenlace estaba siendo manipulado por la gente que nos rodeaba, decidiendo con su actitud la vida o la muerte de una persona desconocida, ajenos a ella y cómplices de su destino.
Cuando los rostros se disiparon, pude acercarme, me agaché, destapé con cuidado la visera del casco y cual no fue mi sorpresa al contemplar que aquellos ojos que me miraban atrapados, eran los míos.







viernes, diciembre 16, 2005

El próximo martes, día 20

Os recuerdo que es el día en que quedamos en visitar la biblioteca de Latina (calle Rafael Finat número 51). A la seis de la tarde. Es también el día en que tendremos con nosotros al historiador Francisco Cánovas, autor de la novela sobre Isabel II. Marisa

sábado, diciembre 03, 2005

Un poema de Benedetti

Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

viernes, diciembre 02, 2005

Ella.La danzarina solitaria

Os saludo compañeros del lourdes, me ha encantado esta idea y amenazo escribir mi delirio en este blog.
ahora mismo estoy con marisa que parece haberse salido de un cuento o de una leyenda.

Victoria Castrillón